”El ser humano sólo puede tener un máximo de 150 amigos”. Esta afirmación, basada en estudios científicos y en directa relación con el tamaño del cerebro humano, fue establecida por el antropólogo británico Robin Dunbar a comienzos de la década del noventa, cuando todavía las redes sociales no estaban en funcionamiento.
A una conclusión similar a la de Dunbar arribó recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Indiana, aunque aplicando dicha teoría al furor de sitios como Twitter y Facebook, donde la cantidad de seguidores o amigos, respectivamente, indica en muchos casos una suerte de “estátus 2.0”.
El estudio liderado por Bruno Goncalves centró su atención en Twitter. Los investigadores observaron que cuando los usuarios dan sus primeros pasos en el sitio buscan acumular seguidores, aunque este crecimiento encuentra un tope entre las cien y las doscientas personas, que es cuando alcanzan el punto de saturación y ”abrumación comunicativa”.
El mencionado análisis sostiene su punto de vista no en la acumulación de seguidores, sino en el mantenimiento de conversaciones y su perdurabilidad en el tiempo.