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Ciudad - Policiales
miércoles, 17 de diciembre de 2014

El señor de los sicarios (parte II)

12:00 A 15 meses de su detención, Milton Damario sigue siendo noticia. A lo largo del año recibió dos condenas y lo procesaron por tres homicidios. El domingo pasado, fue asesinado su padre en barrio Tablada. Aquí, el contexto en que se produjo otro crimen conmocionante.

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“A ver pibe: si vos y cualquier otro dicen que fueron los Monos nadie te lo va a discutir. Total, si todavía no hay nada podés decir lo que quieras. Pero te voy a decir una cosa: la historia no empieza cuando vos llegás. Si vos estuviste muy ocupado en cosas más importantes y por eso recién descubriste el mundo de las bandas con el expediente Vienna es un tema tuyo. Yo te digo que los Monos llevan organizándose veinte años, pero un pibe como Milton Damario ya tiene una década en las páginas policiales. Así, que le maten el padre a un muchacho como éste pudo venir de cualquier lado: en algunos barrios tienen la paciencia que vos no tenés y pueden esperar años y años para vengarse. Este tiratiros ya había hecho mucho daño. Si hay que especular, especulamos, por eso te voy a decir mi parecer: a este crimen le faltan tiros para ser de La Granada; los sicarios de la monada te bajan el cargador y te hacen un chiquero”. La parrafada de un veterano investigador a un periodista viene a cuento del homicidio de Miguel Ángel Damario, padre de los hermanos Milton y José, apuntados por asesinatos y otras tropelías ocurridos tanto en barrio Tablada como en Villa Gobernador Gálvez, sus áreas de influencia en los últimos años. Damario padre, de 57 años, había salido a comprar facturas en la mañana del pasado domingo y cuando volvía en moto a su casa del Fonavi de Lola Mora e Hipócrates fue emboscado por dos hombres armados. Le metieron un tiro por la espalda y, cuando había caído, remataron la faena con un disparo en la cabeza. Según trascendió en el barrio, alguien le había advertido al jubilado que se cuidara porque lo estaban buscando. La familia vincula el asesinato con una venganza que tiene a sus hijos como destinatarios.
 
Milton, hoy de 25 años, creció en la zona de Biedma al 200, aunque más tarde se mudó al Fonavi de Lola Mora e Hipócrates. Tenía 15 años cuando el 6 de enero de 2005 cayó sospechado de ser el homicida de Norberto “Beto” Acuña. Aquella madrugada dos tiratiros llegaron a Santa Rosa de Lima y Pavón y uno de ellos disparó: además de matar a Acuña hirió a otro joven y a su abuela ante una veintena de testigos. Milton, por su edad, no era imputable. El principal testigo de la agresión fue Juan Eugenio Jaimes; su testimonio fue fundamental para que parte de la banda de Torombolo fuera procesada. El testigo sería asesinado a tiros veinte meses más tarde en represalia por haber incriminado a los homicidas, dijeron sus familiares. El ataque había sido una venganza por el crimen de Ángel Ramírez, un chico de 17 años ultimado de una puñalada en las semanas anteriores en la esquina de Corrientes y Rioja.
 
Para los investigadores, este fue el punto de partida de una historia de enfrentamientos que no se vincula directamente con la disputa territorial por dividendos del narcotráfico en la que, en forma paralela, están envueltos sus protagonistas, sino en una tradicional saga de revanchas desde aquel crimen en el centro. De un lado está Milton y enfrente está otro joven de su misma edad, Joel S., un cañero y mejicaneador de búnkers, amigo de Beto Acuña y de Lucas Espina, que ha pasado preso algunas temporadas. Precisamente Lucas Espina había sido baleado días antes del crimen de Acuña y sería asesinado en el mismo lugar ocho años más tarde, cerca de su casa de Pavón y Santa Rosa de Lima, en un caso que tiene encausados a Milton y a su hermano José (alias Pepe y de 27 años). Según el fallo del procesamiento, Milton gritó antes de tirar con una ametralladora: “Dénmelo a Joel”. Fue la madre de Espina, Norma Bustos, quien motorizó la acusación contra los Damario (quienes viven a unos 200 metros). Norma fue asesinada el 20 de noviembre pasado por dos jóvenes que llegaron hasta su quiosco y le dispararon sin mediar palabra, con lo cual el móvil de robo fue descartado por los investigadores. Todos miraron como posibles instigadores a los Damario.
 
Milton vs. Joel
 
El 4 de enero de 2008, Milton recibió siete tiros en su humanidad en Chacabuco entre Garibaldi y Ameghino, pero pudo sobrevivir. Por el caso marchó preso Joel S., aunque ocho meses más tarde fue liberado por falta de pruebas. Para la misma época, en septiembre de ese año, Milton fue víctima de otro ataque: alguien le metió tres tiros en Ayacucho entre Centeno y Doctor Riva y lo volvió a mandar al hospital. Casi al unísono, fue asesinado en Medici y Lola Mora Paulo “Pichi” Acosta. Vecinos apuntaron por este crimen contra Pepe Damario y Culín Medrano, tío del anterior y a quien le adjudicaban manejar el negocio de la droga en el mencionado Fonavi.
 
Poco después, el 30 de diciembre de diciembre de 2008, según crónicas de la época Joel volvió a cruzarse con Milton. El resultado fue un tiroteo en 24 de Septiembre y Necochea que se cobró la vida de una mujer de 78 años, María Simona Benegas. Ambos fueron detenidos pero pronto zafaron. Es más: el 11 de enero de 2009 alguien le metió seis tiros por la espalda a Sergio Barrios en Patricias Argentinas al 4800. Milton Damario marchó preso un tiempo, pero tampoco entonces hubo pruebas para inculparlo.
 
Diversificación
 
“Decir que Milton es un tiratiros es una simplificación. Hizo eso para Torombolo y para la banda de los Gordos, los narcos de la zona, e incluso alquiló esa fuerza de choque para el clan Bassi en Villa Gobernador Gálvez, pero también heredó los puntos de venta de su tío Culín en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates”, dijo ayer un detective. En ese sentido, la fuente recordó que Milton fue condenado este año por la Justicia federal por tenencia de drogas para comercialización –también fue sentenciado por tenencia de armas por la Justicia provincial–. Este investigador recordó un megaoperativo antidrogas ocurrido en marzo pasado en Tablada, cuando Milton ya llevaba varios meses preso, que incluyó la detención de su hermana, Nancy Damario: “Fijate que cayó toda la gente de los Gordos. Hubo 18 allanamientos, muchos en la cuadra de los Gordos, en Colón al 3800, pero ningún procedimiento contra los capos. A la hermana de Milton le encontraron algo de cocaína y marihuana en su casa. Pero está claro que los Damario no son los jefes”.
 
Además de estar procesado por el crimen de Espina, Damario está encausado junto con Luis Orlando “Pollo” Bassi y Facundo “Macaco” Muñoz en los homicidios de Juan Pablo Colasso, ocurrido en noviembre de 2012, y del líder de los Monos Claudio “Pájaro” Cantero, en mayo de 2013, ambos en Villa Gobernador Gálvez. Dos hermanos y el padre de Bassi fueron asesinados en el último año, con lo cual una de las hipótesis por el crimen de Damario padre es que el clan Cantero pudo haber vengado así la muerte del Pájaro (ver recuadro). En las horas siguientes al homicidio de este último ya habían sido asesinados Diego Demarre, dueño del boliche frente al cual fue ejecutado el capo de los Monos, y dos integrantes de la familia y un amigo de Milton César, otro muchacho de Tablada –enfrentado con los Damario– al que en principio se vinculó con el crimen de Cantero.
 
La saga familiar
 
El caso de la mujer que había acusado a los Damario por el crimen de su hijo, Norma Bustos, asesinada hace un mes, recuerda el homicidio de Jorge “Barba” Lavezzi (tío del Pocho Ezequiel, jugador de la selección), testigo contra el clan Bassi en el caso Colasso: fue ultimado en un oscuro episodio en la mañana del 11 de febrero de este año en la zona ribereña de Villa Diego, jurisdicción de la comisaría 29ª. Le metieron tres tiros por la espalda mientras se trasladaba en su camioneta a comprar pescado, como lo hacía cada mañana. La resolución del procesamiento de Bassi, Muñoz y Damario por el caso Colasso –donde se usó la misma ametralladora que en el crimen de Lucas Espina– se había conocido cuatro días antes del homicidio de Lavezzi.
 
En la noche del mismo 11 de febrero un hermano del Pollo Bassi, Maximiliano, fue asesinado de dos tiros en el abdomen por motociclistas que pasaron frente a la remisería de 20 de Junio y Chile. Maxi Bassi había sido procesado por abuso de armas y amenazas calificadas junto con el Pollo por un tiroteo contra Colasso que precedió su asesinato. Cuarenta días antes, el 31 de diciembre de 2013, otro hermano del Pollo, Leonardo, fue asesinado de cuatro tiros dentro de la misma remisería Cinco Estrellas. Por ninguno de estos tres homicidios, de Lavezzi y los Bassi, hay imputados. A esta saga se sumó el crimen de Luis Ángel Bassi, padre del Pollo, Maxi y Leonardo, ejecutado frente al comercio familiar el 22 de octubre pasado. Por este hecho hay un detenido con prisión preventiva (domiciliaria), aunque no fue reconocido en rueda de presos y las pruebas aparecen como endebles.

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