Tras un semestre para el olvido, en el que finalizó en la última posición del torneo de la Primera C y fue eliminado en la primera fase de la Copa Argentina, comienza a delinearse la versión 2015 de Central Córdoba. Con ese propósito, la Comisión Directiva tomó la primera y más importante decisión: eligió a Marcelo Vaquero para que sea el armador y conductor táctico del equipo de cara a lo que viene. Junto a él llegarán Fernando Capobianco y Marcelo Gímenez (ayudantes de campo) y Luciano Mancini (preparador físico).
Después de algunas semanas de incógnitas y versiones de todo tipo, fue el entrenador de fugaz último paso por Tiro Federal el que terminó quedándose con el puesto. Sin dudas la determinación se tomó a sabiendas de la asunción de Arnaldo Sialle como DT de Atlanta, ya que era Cacho el principal apuntado por varios de los dirigentes de Tablada. Al margen quedaron también otros barajados, como Mario Ovando, Villy Trebino y Oscar Santángelo, por nombrar a algunos.
Marcelo Vaquero afrontará su tercera etapa al frente de Córdoba. La primera se inició en 2010, cuando el Charrúa recién descendía desde la B Metropolitana hacia la C. En aquel entonces, el DT acercó a muchos de los jugadores que luego terminarían convirtiéndose en referentes de la institución, como es el caso de Paulo Killer, Facundo Fabello, Diego Villagra y Nicolás De Bruno, entre otros. Aquella experiencia inicial (con 10 victorias, 7 empates y 7 derrotas) terminaría de manera abrupta a comienzos de 2011, cuando reiteradas amenazas lo obligaron a renunciar.
El regreso se dio algo más de un año después, en abril de 2012, cuando llegó para reemplazar a Omar Palma. Vaquero tomó a un equipo que venía en franco retroceso, lo rearmó y en un par de meses logró el ascenso a la B Metropolitana, tras ganar el torneo reducido y la promoción frente a Sportivo Italiano.
Ya en la tercera división, la campaña de Córdoba fue desinflándose con el correr de los partidos, lo que sumado a la pelea y posterior exclusión del plantel de Santiago Raymonda, terminó desgastando la figura del entrenador y llevándolo a renunciar luego de una fatídica derrota contra Deportivo Armenio en febrero de 2013. Cabe destacar que fue con Vaquero como técnico que el Charrúa eliminó, jugando con suplentes, a Rosario Central de la Copa Argentina. Los números de la segunda etapa arrojan 10 victorias, 13 empates, y 13 derrotas.
El desafío para este nuevo ciclo tiene una complejidad mayor a los anteriores: no se trata ya de pelear en los primeros puestos, sino más bien de eludir el descenso. Será trabajo del DT depurar el plantel e incorporar varios futbolistas de jerarquía que le den al equipo el salto de calidad necesario. Está claro que la cosecha de puntos tendrá que ser más que considerable, por lo que, en definitiva, el objetivo primordial de mantener la categoría deberá llevar a Central Córdoba a luchar por el ascenso.