En Rosario, hay más de dos mil carros que recorren las calles y rescatan por día mil toneladas de material reciclable. Las escasas ganancias de los carreros deben dividirse, entre el extorsivo alquiler de los carros y las necesidades básicas de sus familias.
Los mismos acopiadores del material reciclable son también los dueños de los carros, salen vacíos de sus galpones y vuelven al mismo repletos de un producto muy bien cotizado en el mercado. El producto diario de cada carrero es comprado a un precio vil y desleal por estos empresarios de la basura, obteniendo una suculenta ganancia al final del día. Cobran por el alquiler del carro y venden el producto a un precio mucho más elevado.
Según las leyes de tránsito, esta actividad debería estar reglamentada, los carros tendrían que contar con un sistema de frenos acorde a la cantidad de kilogramos que acarrean y una póliza de seguro. Los conductores de los mismos tienen que contar con el permiso de conducir correspondiente y los caballos deberían tener libreta sanitaria y vacunas antiparasitarias al día. El gasto mensual que eso implicaría se eleva alrededor de los mil pesos mensuales.
La presidenta de la Asociación Civil Protectora Rosario informó que la falta de educación suele ser un problema bastante frecuente en este rubro. Muchas veces los carreros se ven inocentemente involucrados en infracciones o contravenciones, motivo por el cual personal de control urbano reglamentariamente se ve en la necesidad de requisar los animales. “Las personas pierden sus caballos y ni siquiera saben por qué”, explicó López.
Otro de los problemas que circunda en el rubro es la explotación infantil. Los niños se ven obligados por sus padres a realizar jornadas completas de trabajo, a cargo de sus hermanos que muchas veces ni siquiera tienen la mayoría de edad. La sociedad actual ha naturalizado el hecho de ver niños en la calle, vendiendo todo tipo de productos o simplemente pidiendo monedas para llevar a sus casas.
Por último, la presidenta de Protectora Rosario denunció la falta de iniciativa por parte de la Municipalidad de Rosario. Además, aseguró que no obtiene respuestas sobre el paradero de 30 caballos decomisados por estar involucrados en ilícitos. Según López, los animales deberían estar en el corralón de control urbano, pero tras ingresar un expediente en la Muni se encuentra a la espera de una respuesta. López asegura que el personal de control urbano no cuenta con las herramientas necesarias para realizar su trabajo. Tiene a disposición solamente un camión para transportar los animales, un camión para cubrir toda la ciudad de Rosario.
Rosario.com